Continuando con la nota anterior, se ha demostrado que periodos cortos de falta de sueño, afectan significativamente la neurogénesis (nacimiento de nuevas neuronas), lo que contribuye a los efectos cognitivos perjudiciales de la falta de sueño. En general, se puede observar que dicha carencia afectaría el rendimiento en distintas tareas cognitivas de una forma equivalente, dependiendo de la cronicidad de la alteración y de la cantidad de falta de sueño.
Algunas de las principales funciones afectadas por la pérdida de sueño son las siguientes:
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- Enlentecimiento cognitivo.
- Mayor tiempo de reacción ante un problema.
- Disminución de la memoria de corto plazo.
- Menor rendimiento académico.
- Mayores conductas de riesgo.
- Alteraciones del humor: irritabilidad, enojo.
- Disminución de la autoconciencia.
- Excesiva fatiga y sueño diurno.
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El estudio de Van Dongen y cols. (2003 citado en Carrillo, Ramírez y Magaña, 2013) demostró que el deterioro en el desempeño cognitivo que evidenciaban pacientes sometidos a restricción de cuatro horas de sueño durante 14 días era equivalente al que mostraban pacientes sometidos a privación total de sueño durante 72 horas. Lo cual señala la importancia de cuidar las horas de sueño nocturnas durante el periodo académico para obtener un buen rendimiento.
Bibliografía:
Carrillo, P.; Ramírez, J. y Magaña, K. (2013). Neurología del sueño y su importancia: antología para el estudiante universitario. Mex. Recuperado de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0026-17422013000400002&script=sci_arttext
