4 marzo, 2013

¿Ansios@? 4 consejos útiles para reducir tus preocupaciones

Muchas veces al día pensamos una y otra vez en lo que se nos viene en la universidad, el trabajo y la vida en general. Mientras algunos enfrentan las decisiones y problemas de forma progresiva y optimista, otros comienzan a atemorizarse por la falta de respuestas, la inexistencia de verdades y soluciones únicas.
Esta clase de personas suele preguntarse sobre el futuro, el cual miran con frecuencia de forma pesimista: ¿aprobaré?, ¿y si el profesor me hace una pregunta frente a todos?, ¿y si no le gustó el trabajo que hice?, ¿y si no entrega su parte a tiempo?, ¿me llamará?, ¿se habrá molestado?
Toda la preocupación que colocamos en nuestros pensamientos genera una serie de malestares físicos, mentales y emocionales. La ansiedad, irritabilidad, falta de concentración y dolores en el cuerpo son parte de éstos.

¿Cómo puedo mejorar?

La intolerancia a la incertidumbre es uno de los factores que se ha encontrado empíricamente relacionado con estos malestares y con los trastornos de ansiedad. Con el objetivo de reducirlos, Boyes (2013) propone una serie de consejos:
[accordion][accordion-group style=»light-grey» title=»+    1. Aprende a tolerar el hecho de que muchas veces no podemos explicar el comportamiento de otras personas»]

¿Te preocupas con mucha frecuencia por cosas como por qué tus amigos eligieron a otra persona como el líder del grupo? o ¿por qué el profesor no se acordó de tu nombre pero sí el de uno de tus compañeros?
Las personas ansiosas suelen enfrascarse en pensar una y otra vez en las razones de las acciones de los otros. Estos pensamientos son a menudo intrusivos, distractores, angustiantes y agotadores. El punto crítico está en aprender a tolerar la falta de conocimiento y explicaciones. Recuerda siempre que las personas son complicadas, y solo tenemos un acceso limitado a la información. Si aprendes a tolerar esto, serás capaz de evitar una rumiación inútil, mejorando tu concentración y sintiéndote más relajado.

[/accordion-group][accordion-group style=»light-grey» title=»+    2. Aprende a reconocer cuando evitas hacer algo que deseas solo porque no te encuentras totalmente seguro de si tendrás resultados positivos.»]¿Quieres ir a la playa este fin de semana, pero temes que no haya sol? ¿Deseas meterte a un curso que te entusiasma mucho, pero te han dicho que el profesor nuevo es exigente? Inténtalo: Haz una lista de todas aquellas cosas que deseas, pero evitas realizar por el temor a no tener resultados positivos.[/accordion-group][accordion-group style=»light-grey» title=»+   3. Aprende a delegar»]¿Durante tus trabajos en equipo piensas constantemente que solo tú puedes hacer las cosas bien?, ¿temes que el resto no haga el esfuerzo necesario y por ello haces más de lo que debes?

Piénsalo un poco: Algunas veces el resto puede hacer el trabajo mejor de lo que te esperabas, deja que te sorprendan. Muchas veces no importa si el trabajo se encuentra por debajo de tus expectativas, ello puede ser suficiente para un buen resultado y la satisfacción general. Por último, en ciertas circunstancias puedes emplear un sistema para reducir los errores de los otros. Muchas veces no delegamos porque la otra persona no sabe. Vale la pena invertir un tiempo en enseñar. Unos minutos empleados hoy, un montón de horas para el futuro.

[/accordion-group][accordion-group style=»light-grey» title=»+   4. Aprende cuando parar de buscar información y comenzar a actuar»]

Las personas que son intolerantes a la incertidumbre buscan muchísima información antes de emprender una acción, pues quieren obtener un nivel de seguridad del 100 % y resultados perfectos. Ponte a pensar, ¿cuánto tiempo al día pierdes buscando información que al final no empleas? Toma en cuenta este consejo y haz una evaluación seria de ello.
La trampa de las personas que no toleran la incertidumbre es que comportamientos como el pensamiento obsesivo, las búsquedas demasiado detalladas,  las comprobaciones constantes y la responsabilidad excesiva para prevenir resultados negativos generan malestares físicos y emocionales debido al altísimo nivel de angustia que conllevan.

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En realidad todos tenemos preocupaciones y solemos reflexionar sobre lo que hacemos, el problema comienza cuando ello es excesivo y supone un malestar. Toma en cuenta los consejos y haz una evaluación de tu comportamiento y cómo te sientes con ello. Recuerda que todo tiene solución, realiza ajustes en tu vida que te permitan encontrar tu tranquilidad.
María Alejandra García
Psicóloga

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