A lo largo de la historia ha habido diversas posturas y teorÃas para explicar la homosexualidad, y el tema sigue aún en debate? y al parecer será eterno.
En sus inicios, la [dropcap background=»yes» color=»#333333″]psiquiatrÃa[/dropcap] psiquiatrÃa consideró al homosexualidad entre los trastornos que podrÃan ser tratados y curados. No fue hasta 1974, con la séptima reimpresión de la segunda edición del Manual diagnóstico y estadÃstico de los trastornos mentales (DSM por sus siglas en inglés, actualmente a punto de publicar la quinta edición) de la Asociación Americana de PsiquiatrÃa, que se le dejó de considerar una patologÃa o trastorno mental.
[dropcap background=»yes» color=»#333333″]psicoanálisis[/dropcap] También en el interior del psicoanálisis surgieron posturas divergentes; algunos la consideraron una enfermedad degenerativa o una desviación de la norma, mientras que otros no la consideraban patológica. En sus ?Tres ensayos para una teorÃa sexual?, Sigmund Freud (1856-1939) la definió como una inversión sexual, una falla a nivel de elección de objeto sexual, dejando en claro que no puede hablarse de causas innatas o congénitas puras, ni de influencias externas. Él consideraba la existencia de una bisexualidad psÃquica innata que podÃa llevar a cualquier persona a realizar una elección homosexual.
[dropcap background=»yes» color=»#333333″]psicologÃa[/dropcap] Para la psicologÃa actual, son las teorÃas del aprendizaje, basadas en modelos de reforzamiento de conducta propias del sexo opuesto, las que parecen tener mayor peso actualmente. También cobran importancia los procesos de identificación con las figuras de un sexo u otro.
Alfred Kinsey (1894-1956) concluyó que la mayor parte de la población parece tener por lo menos alguna tendencia bisexual, y solamente un 5% a 10% serÃa completamente heterosexual o completamente homosexual, con un porcentaje aún menor de  completamente bisexuales. Si quieres saber más de esta teorÃa, mira esta pelÃcula.
[dropcap background=»yes» color=»#333333″]biologÃa[/dropcap] Desde el punto de vista biológico, se habla de diferencias en el tamaño del hipotálamo (Simon LeVay, 1991), y de tres momentos ?pico?: los seis primeros meses de vida intrauterina, los dos primeros años de vida, y -¡oh sorpresa!- la adolescencia, en los que se dan cambios en la actividad hormonal que pueden consolidar la forma en que cada uno vive su sexualidad (Dick Swaab). Este neourocientÃfico holandés plantea que el consumo de algunas sustancias durante el embarazo puede ser crucial para definir las caracterÃsticas de la opción sexual.
[dropcap background=»yes» color=»#333333″]estudios de género[/dropcap] Los estudios de género, por otra parte, afirman que la  identidad sexual es una construcción social, por lo que no existirÃan papeles sexuales esenciales o biológicamente inscritos en la naturaleza humana, sino formas socialmente variables de desempeñar uno o varios papeles sexuales.
Para aclarar las cosas, hay cuatro conceptos que deben tenerse en claro al abordar el tema de la identidad sexual:
Sexo: se remite a lo biológico, a la presencia de los caracteres sexuales primarios.
Identidad de género: es la conciencia temprana del ser, con raÃces corporales.
Rol sexual: está determinado por las ordenanzas socioculturales sobre lo que deben ser las conductas masculina y femenina.
Orientación sexual: a quién se erotiza sexualmente.
En un siguiente post hablaremos sobre las actitudes hacia este tema.
Jorge Pérez-Reyes
Psicólogo